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martes, 29 de noviembre de 2011

Inteligencia colectiva: un reto del siglo XXI




         A falta de una definición sintetizada y normalizada, existen multitud de términos que podrían acercarse a un aserto certero: acción individual en pos de la colectividad, colaboración, cooperación, habilidad y experiencia compartidos, competencias universales, competencia de todos, voluntades expresas, suma de inteligencias, trascendentalidad…. Una lluvia de posibilidades afines que el profesor Pierre Lévy trata en Inteligencia colectiva.Humanidad emergente en el mundo del ciberespacio.

Este vídeo expresa en un par de minutos de bella forma  este conjunto de definiciones.


  
            Nos encontramos así ante el hecho de que cualquier individuo tiene en su mano la posibilidad de crear un grupo sobre cualquier tema que le preocupe o sensibilice, y de que esa iniciativa sea respaldad por millones de personas, que conjuntamente lo apoyen con su voz en el camino de hacerse escuchar. Es ésta una importantísima cuestión de efectos que todavía quedan por descubrir: que cualquier usuario pueda formar parte de algo grande; que las intervenciones de una persona anónima puedan tener efecto sobre cualquiera que se sienta identificado; y la suma de esos destinatarios puede ser exponencial.

Esta actividad es posible gracias a la tecnología, y más concretamente, a los sitios de la web 2.0 que ya forman parte de nuestra vida diaria, donde se vierten todo tipo de dilucidaciones, que seguro forman parte del bien común, ya que es probable que exista alguien a quien le sea rentable esa entrada o iniciativa; sea cual sea el lugar, la cultura de los emisores-receptores-constructores de información, y si son expertos o no en la materia. Entra también en juego el paradigma de si son o no fiables este tipo de herramientas que fomentan la cooperación, ya que no existe una entidad reguladora que medie lo que es posteado; pero sí es verdad que el gran número de visitas que solicitan sus servicios es innegable, y que su perfeccionamiento aumenta día a día. Lo más importante es la cuestión de las nuevas ideas.




Este vídeo ensalza y muestra de manera muy sencilla (tan sólo con imágenes y una canción portentosa de John Lennon: Power to the people, dejando un poco de lado los medios informáticos) la capacidad del hombre para cambiar el mundo, que se encuentra en la palabra, la persuasión argumentada, la actuación individual, para la que este tiempo ofrece las magníficas herramientas que estamos tratando.




De este modo, estas empresas 2.0 aciertan cuando buscan el interés de la comunidad de usuarios, exaltando la capacidad de trabajar en grupo, de la sensibilidad social, de hacer partícipes a todos de los desafíos del siglo XXI, presentando la información  sin exclusividad de localización ni grupos sociales, sino conformándolo como patrimonio de la humanidad, de lo cotidiano, donde la individualidad es importante para el colectivo, movilizada y coordinada a tiempo real.

Resulta difícil que en este reto no existan jerarquías ni una organización central que esté al mando. Todo se conforma como una suma de decisiones y un conjunto de subjetividades y aportaciones de ideas que pueden tener consecuencias importantes en momentos decisivos. Ejemplo de ello es este profesor, que intenta concienciar en esta conferencia a un grupo de estudiantes de la importancia de la inteligencia colectiva: explica cómo recibió la noticia de los atentados del 11S a través de un correo de una persona individual, cómo posteriormente sufrió la informacionalización de manos de anónimos que colgaron vídeos de primera mano, opiniones vertidas…, un conglomerado informativo creado por las personas, y no tanto por las empresas de la comunicación, que quizás, por distintos intereses o ideologías tergiversen la sucesión de acontecimientos ¿Podríamos llegar a conseguir de esta manera, entre otras cosas, un medio fuerte que evite la manipulación ideológica, partidista e interesada?




1 comentario:

  1. Estoy de acuerdo que este sistema 2.0 puede movilizar a muchas personas interesadas en un mismo tema. El problema es que no siempre podemos estar seguros que la información que obtenemos es la adecuada ya que muchos de los que participan pueden dar como fiables la información y dado el alcance que tienen estos medios, al final puede ser perjudicial y desconcertar a los usuarios intentado conoicer “el si o no” de las verdades informativas.

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