Visitas

viernes, 13 de enero de 2012

El fin último del saber: la comunicación

      
            Se trata de una expresión que suele repetirse en determinadas circunstancias: la tristeza de ser incapaz de comunicar un conocimiento, más aún cuando se poseen los índices más altos de preparación sobre dicho tema concreto; y es que la capacidad para hacer entender al otro tus pensamientos no tiene por qué coincidir con la inteligencia o una sabiduría suprema.

            Es más, el hombre es un animal social, necesita del intercambio de información, de las relaciones entre sí, de un sistema de aporte y recibo de sensaciones, vivencias, saber… donde entran en juego no sólo las palabras y el sonido vocal, sino también los gestos, el respeto/comprensión que refleje una mirada que sepa escuchar….

            Sin embargo, esta relación puede complicarse cuando se trata de una exposición pública, donde todos los ojos y oídos presentes se hallan dispuestos a prestar todas sus atenciones a un sujeto concreto que va a experimentar su momento de gloria; instantes para comunicar una serie de informaciones que lo eleven hacia una positiva consideración por parte de sus espectadores.

            Para ello, para crear expectación e interés en los mismos, es necesario poner en juego todas sus armas: todos los elementos que ayudan a una mejor comunicación: el lenguaje corporal. Está demostrado que el ser humano dirige su atención y permite su perdurabilidad la visualización de gestos, miradas… que le permitan establecer una conexión con el conferenciante, y sentirse así tanto partícipe de su discurso, como confiado en la veracidad de sus afirmaciones.

            Esto me recuerda a una cuestión que seguro en cada uno de nosotros ha posado su efecto: ¿Quién no ha tenido un profesor que haya sabido comunicar un saber con tanta pasión  y personalidad que nunca hemos podido olvidar esos instantes? ¿Y que nos haya alentado sobremanera a estudiarla? ¿Y que nos calase tan hondo que a partir de ahí o en un futuro próximo entrase a formar parte de nuestras vidas?

            Yo me encuentro entre ellas. Gran misión ésta de la comunicación. Todo un reto.

            

No hay comentarios:

Publicar un comentario